Reviso toda mi vida y me doy cuenta que todo lo que quise siempre lo tuve. Quise una vida como todos los chicos que me rodeaban. Quise una niñez de película pero a mi manera y la tuve.
Sean las dificultades que se me presentaban por suerte fui feliz porque nací con linda imaginación que me permitía vivir feliz con poco. No necesitaba juguetes caros, no necesitaba muñecas bien vestidas. No necesitaba ropa de marca. Solamente necesitaba ser feliz con lo que quiero. Los juguetes los hacia yo lo mas parecidos posibles a los que se vendían. A mis muñecas les hacia ropita yo misma con ayuda de mi abuela. La ropa me la hacia mi abuela y era genial. Era feliz. No pretendía impresionar a nadie.
No tengo hermanos. Me conformaba con amigos del cole, jardín, mis tías 8 años mas grandes que yo y la colonia.
Ahora de grande mucho es poco y poco es nada. Una cosa que sale mal y parece una tragedia. La sociedad te lleva a ser infeliz porque comparas tu vida con la del otro y siempre parece mucho peor la tuya sin ver a fondo. Después de todo hasta nos olvidamos que tenemos suerte de estar vivos y nos preocupamos por cosas insignificantes.
Sean las dificultades que se me presentaban por suerte fui feliz porque nací con linda imaginación que me permitía vivir feliz con poco. No necesitaba juguetes caros, no necesitaba muñecas bien vestidas. No necesitaba ropa de marca. Solamente necesitaba ser feliz con lo que quiero. Los juguetes los hacia yo lo mas parecidos posibles a los que se vendían. A mis muñecas les hacia ropita yo misma con ayuda de mi abuela. La ropa me la hacia mi abuela y era genial. Era feliz. No pretendía impresionar a nadie.
No tengo hermanos. Me conformaba con amigos del cole, jardín, mis tías 8 años mas grandes que yo y la colonia.
Ahora de grande mucho es poco y poco es nada. Una cosa que sale mal y parece una tragedia. La sociedad te lleva a ser infeliz porque comparas tu vida con la del otro y siempre parece mucho peor la tuya sin ver a fondo. Después de todo hasta nos olvidamos que tenemos suerte de estar vivos y nos preocupamos por cosas insignificantes.
Hay que volver a ser quienes fuimos de chicos viendo como hacíamos la felicidad sin pretender que llegue y toque nuestra puerta.