Entre "pérdida" y "costo
de oportunidad" hay una línea muy fina que separa sus conceptos.
Cuando perdemos algo estamos conscientes de
que ese algo no va a volver más, que ese algo no tiene retorno ni va a tener
solución alguna en el futuro. De hecho no solo es algo que por conciencia
sabemos que no va a estar más o que pasó el tren, también lo sentimos como una
angustia que aprieta en el pecho, que empuja y te hace micro-cortes de
respiración.
Perdemos tiempo, perdemos oportunidades,
perdemos dinero, perdemos una apuesta, perdemos un desafío, perdemos eso que
sabíamos que estaba atado a un riesgo entre Pérdida y Ganancia.
Perdemos cuando estamos conscientes de que
hicimos algo mal, que no nos preparamos para perder ese algo, nos castigamos
internamente sin piedad.
Cuando hablamos de "costo de
oportunidad" también sabemos que eso está atado a un riesgo entre Pérdida
o Ganancia. Pero con la mínima diferencia que elegimos perder. Cuando se elije
se hace con el corazón, y preferimos perder porque sabemos que detrás viene
algo mejor o algo que trae mayores oportunidades en el futuro. Es el valor que preferimos
descartar por decisión propia. No sentimos dolor. No sentimos ahogo. Sentimos
un poco de miedo. Sentimos un poco de intriga.
Como dije hay una línea muy fina
que separa sus conceptos. Se llama decisión o elección propia. Y se
debe hacer tanto con la cabeza como con el corazón.
¡No hay comentarios que me motivan a dar y ser más!!:
Publicar un comentario